Los hippies dejaron su huella en el contradictorio y convulso siglo XX. Este movimiento que surgió en los años 60 se registró en la historia como una tribu urbana de la subcultura, situándose al margen de las costumbres conservadoras de la sociedad estadounidense.
El movimiento, compuesto por jóvenes, se dio a conocer como consecuencia de los enfrentamientos bélicos mundiales, la guerra fría encabezada por Estados Unidos y la Unión Soviética y la crueldad que propició EE.UU en Vietnam. Todo ello se reflejó en una reacción social con consignas basadas en la paz y el amor.
Movimiento Hippie
Se asegura que a las manifestaciones del movimiento hippie le precedió la incursión rebelde que propagaron escritores y poetas agrupados en la llamada Generación Beat. Creadores literarios estadounidenses como Allen Ginsberg, William Burroughs, Jack Kerouac, mantenían una postura pública contestataria colocada al margen de las prácticas burguesas de la época.
Estos autores hablaron sobre lo que nadie se atrevía a decir entonces. Cuestionaban el llamado Estado de bienestar vigente en EE.UU, y al tiempo que rechazaban los valores sociales en esa sociedad, ponían su atención en las drogas. Pero también se inclinaban por la libertad del espíritu y el amor libre.
Bajo estos influjos poéticos, y la conducta desaforada de los Beat, empezó a hacerse sentir un comportamiento generalizado que contagió a los jóvenes norteamericanos. De manera que, dando respuesta a la tendencia belicista de los representantes políticos, el movimiento se oponía con estandartes de paz, amor y música.
Guerra y drogas
A la confrontación cruenta con la realidad de la guerra se expuso una predilección por drogas como el LSD y la marihuana. La primera proveía experiencias inéditas contentiva de la psicodelia, y la segunda concedía momentos de abstracción interior que congeniaba con las creencias de la elevación espiritual y la conexión inspirada por el hinduismo.
A la acción armamentista se levantaba el Power Flower que enarbolaron. Su presencia era notable por las calles de San Francisco, ciudad de Estados Unidos en la que se asentaron, concretamente en el distrito Haight-Ashbury. Viajaban en camionetas Volkswagen o autobuses escolares que adornaban con flores y colores llamativos.
Un poco de psicodelia a la historia
Forjado por el amor libre, las experiencias psicodélicas y la música, los historiadores indican que el movimiento hippie se caracterizó por varios momentos. En cada uno demostró la esencia de lo que encerraba su filosofía, un estilo que apostaba por despojarse de la sociedad de consumo, de los valores burgueses y capitalistas.
Es célebre el llamado Verano del Amor, una actividad que se llevó a cabo en 1967 y que convocó a unas 20.000 personas que enarbolaron distintas tendencias como la ideología de la contracultura, el pensamiento alternativo, las creencias hinduistas, la poesía Beat y los símbolos y signos aborígenes estadounidenses.
El espíritu de la psicodelia estaba en la cumbre apostado por drogas, música y amor libre. Un espíritu aparentemente inofensivo pero que a todas estas desafiaba los valores de la sociedad, mientras los emplazaba confiriéndoles un revés desconcertante. Las voces de paz y amor y la vida en comuna significaba todo lo contrario a lo que hasta ahora se conocía.
El comienzo del fin de los Hippies
Pero todo pareció encumbrarse desde el 15 hasta la madrugada del 18 de agosto de 1969, cuando unas 50.000 personas se dieron citan en Woodstock, una localidad de Nueva York que sirvió como escenario para el desarrollo del Festival de Música y Arte de Woodstock. En este encuentro se dieron cita legendarias bandas.
La vida de los hippies, un estilo insurgente al modo de la juventud estadounidense, se exponía al mundo. Las comunas y los argumentos de libertad, drogas y amor libre, de cantos por la paz y la fraternidad, se estampaban en un disco y en un documental legendario que le dio la vuelta al mundo y produjo mucho dinero.
La misma sociedad de consumo que cuestionaban los hippies, el estilo burgués y la afición por el sistema capitalista, había ensartado al movimiento en sus garras y lo convirtió en un producto comercial. A partir de ese momento el discurso hippie formó parte de un engranaje de mercado en el que la moda congenió con una pose de rebeldía.
Sus detractores, un Estado acusado por las tropelías y barbaries que desataba por el planeta con el negocio de la guerra, estaban convencidos de que el movimiento había que acabarlo, por eso lo emparentaron con crímenes raciales. Pero más allá de eso, se le asoció con los homicidios practicados por Charles Manson, un desaliñado psicópata de cabello largo.
La trascendencia de los hippies se fundó en la convocatoria que lograron tener sobre la población juvenil. Ese impacto multitudinario, y los influjos que alcanzó, emplazaron a un estilo de vida conservador al tiempo que desafiaban leyes y costumbres.
Igualmente, el contexto en el que apareció esta manifestación sociocultural no fue otro sino de un país que estaba en completa confrontación bélica. EE.UU venía de salir airosos de la Segunda Guerra Mundial con sendas bombas atómicas que había lanzado contra la población japonesa. Y bajo el signo de la postguerra, se abalanzaron contra Vietnam.
Al discurso genocida de la representación política estadounidense le contraponían consignas de paz y amor: haz el amor y no la guerra, decían. Este discurso en tono pacifista inauguraba los atributos de la contracultura, un espíritu que había sido perturbado por las políticas reinantes y que encontraba en las drogas su refugio.
De esta emoción y de este sentimiento se alimentaron los hippies, una subcultura inspirada en la paz y el amor libre. Ellos abrazaron también prácticas orientales como la meditación, con el fin de alcanzar el pensamiento trascendental que prometían los maestros hindúes una vez que se adoptaran ciertas disciplinas espirituales.
Otras preocupaciones del movimiento se concentraron en el cuidado del ambiente, por lo que el contacto con la naturaleza formó parte de su filosofía de vida. El estado natural se emparentaba con la libertad, y esta, precisamente, era una de sus orientaciones fundamentales. La libertad sexual conformaba lo esencial de su pensamiento.
Uno de los distintivos de los hippies sin duda era su apariencia. Se les podía identificar por la manera de vestir, la larga cabellera, la abundante barba y el uso de sandalias. También solían distinguirse por signos y símbolos como el muy popular de la paz y el amor. Asimismo, por los colores floridos y escandalosos.
Características de los hippies
Los hippies se caracterizan por presentar los siguientes aspectos:
- No aceptan la expresión conservadora de la sociedad: su estilo es diametralmente opuesto al que se exhibía en el entorno social estadounidense, atado a las costumbres religiosas, al sometimiento mediático y a la dominación política.
- Vestimenta inusual como una expresión original: los colores de las telas con las que hacían sus ropas eran variados, muy vistosos y alegres. Mientras que tenían el estilo hindú, holgadas y con muchas alhajas y bisuterías fabricadas por los integrantes de las comunas.
- Plena oposición a las guerras: su espíritu pacífico, inspirado en sentimientos de amor y paz, se manifestaba contra de la guerra en Vietnam, principalmente, y al papel belicista desempeñado por EE.UU en tiempos de la posguerra y en medio de las tensas relaciones con la Unión Soviética.
- El cabello como un símbolo: las largas cabelleras sueltas identificaban tanto a los hombres como a las mujeres. Lazos, cintas, y adornos diversos coronaban sus cabelleras. Los hombres igualmente lucían abundantes barbas.
- El amor como eje temático de un discurso y una forma de vida: básicamente su concepción del amor se sostenía como una práctica libre, compartida, sobre una sexualidad sin límites.
- Las insignias del movimiento: sobretodo dominaban los emblemas de paz y amor que usaban en collares o en la ropa, como también en los instrumentos musicales y en los vehículos en los que se desplazaban.
- Compartían sus preferencias musicales: la música rock era su expresión e identidad, por lo que mantenían coincidencias en sus gustos por las poéticas de sus artistas.
- Se movilizaban por el territorio: lo hacían colectivamente, en varias parejas. Para ello se movían en buses.
- La droga y el entusiasmo por la sugestión: un afán evasivo inspirado por la abstracción y la psicodelia era obtenido por el consumo de LSD o marihuana.
Moda y ropa hippie
El movimiento hippie representó una oleada juvenil que se propuso romper con todo lo establecido por la sociedad de consumo. Bajo la bandera de la contracultura supo proponer un estilo de vida en su relación con el mundo al que se oponía.
Y así lo hicieron también con su ropa. No la compraban sino que ellos mismos la confeccionaban. En este sentido, no se puede hablar exactamente que seguían una moda, pues las modas son impuestas y precisamente destacaban por ser originales.
Los pantalones acampanados hacia los pies fueron unos de sus aportes, lo que años después se generalizaría como una tendencia. También la ropa batik, que se basaba en una técnica de teñido artesanal de las telas, fue un distintivo del atuendo hippie que aludía a las experiencias con la psicodelia.
Las blusas y las camisas eran adornadas con estampados y símbolos. Otras prendas tenían el acabado hindú, o eran faldas largas. Se usaron pantalones y chaquetas en telas jeans. También bolsos y carteras tejidas o pintadas con las mismas técnicas del batik.
Las bufandas, suéteres, gorros y otros eran hechos a mano por ellos mismos. Igualmente, el calzado tenía un acabado artesanal y consistía en sandalias de tipo rústico y de cuero. Asimismo, toda la artesanía y la bisutería hippie era de su propia creación.
Esta indumentaria que hizo célebre a la cultura hippie derivó después en un objeto de consumo. La industria de la moda se apropió de la estética contracultural o underground, del tipo alternativo o contrario a las reglas convencionales y la llevó a las tiendas.
Grandes marcas se plegaron a este estilo y lucieron sus diseños inspirados en las creaciones hippies. Los símbolos de los 60 se convirtieron en moda, y después de haberse registrado en la escena estadounidense continuaron evocándose en las denominadas posturas retro.
Música hippie
La música también ocupó un espacio vital en la convivencia de los hippies. Eran afectos a estilos basados en el rock, la psicodelia, el folk y groove. Se afirma que el 7 de agosto de 1967 George Harrison, miembro de The Beatles, estuvo de visita en Haight-Ashbury, San Francisco, morada de los miles hippies de Estados Unidos.
La visita de Harrison fue calificada entonces como una confirmación a los lineamientos filosóficos y musicales del movimiento. Como se conoce, el músico mantuvo creencias hinduistas y adoptó en gran medida el estilo que practicaban los hippies.
Sin embargo, los ídolos musicales de estos jóvenes después se hicieron leyendas del rock, como Jimi Hendrix, The Doors, Janis Joplin, Bob Dylan, John Lennon, Yoko Ono, Paul McCartney, The Rolling Stones, Allen Ginsberg, Carlos Santana y otros que congeniaban con tendencias musicales eléctricas, contestarías y estridentes.
Pero la plenitud musical de los hippies quedó catapultada en el Festival de Música y Arte de Woodstock. Que tuvo una asistencia multitudinaria en la que los ideales hippies parecían consagrarse.
Las actuaciones que libraron cantantes y músicos en este escenario son consideradas históricas. Muchos de estos artistas posteriormente desaparecerían de la escena musical producto de la ingesta de estupefacientes y de la vida extrema que llevaron.
No obstante, la música no dejó de ser uno de los legados más significativos del movimiento. Para muchos fue la confirmación definitiva del estilo rock que habían estado impulsando The Beatles y Rolling Stones, sendos grupos que aunque no participaron en el festival Woodstock causaban furor en la época.
Mientras los hippies se desplazaban con sus guitarras y otros instrumentos musicales, la poética rock se iba afianzando por el mundo. El sonido electrizante de las bandas en los años 60 se iría a apoderar y contagiar a mucho músicos que se vendrían a consolidar en los 70.
La experiencia de la psicodelia en la música tomaba como base el consumo de drogas alucinógenas. Las canciones eran creadas bajo los efectos de LSD, ácido lisérgico que produce un estado psicológico muy especial en el que la realidad tiende a tornarse una abstracción.
Definitivamente, en los años 60 se alentó un sonido propio del movimiento hippie. Y no cabe duda que introdujeron una revolución musical cuya influencia ha perdurado por décadas y que sigue contagiando a otros músicos que encuentran en esta rítmica una real fuente de inspiración.
La trascendencia de los hippies se fundó en la convocatoria que lograron tener sobre la población juvenil. Ese impacto multitudinario, y los influjos que alcanzó, emplazaron a un estilo de vida conservador al tiempo que desafiaban leyes y costumbres.
Igualmente, el contexto en el que apareció esta manifestación sociocultural no fue otro sino de un país que estaba en completa confrontación bélica. EE.UU venía de salir airosos de la Segunda Guerra Mundial con sendas bombas atómicas que había lanzado contra la población japonesa. Y bajo el signo de la postguerra, se abalanzaron contra Vietnam.
Al discurso genocida de la representación política estadounidense le contraponían consignas de paz y amor: haz el amor y no la guerra, decían. Este discurso en tono pacifista inauguraba los atributos de la contracultura, un espíritu que había sido perturbado por las políticas reinantes y que encontraba en las drogas su refugio.
De esta emoción y de este sentimiento se alimentaron los hippies, una subcultura inspirada en la paz y el amor libre. Ellos abrazaron también prácticas orientales como la meditación, con el fin de alcanzar el pensamiento trascendental que prometían los maestros hindúes una vez que se adoptaran ciertas disciplinas espirituales.
Otras preocupaciones del movimiento se concentraron en el cuidado del ambiente, por lo que el contacto con la naturaleza formó parte de su filosofía de vida. El estado natural se emparentaba con la libertad, y esta, precisamente, era una de sus orientaciones fundamentales. La libertad sexual conformaba lo esencial de su pensamiento.
Uno de los distintivos de los hippies sin duda era su apariencia. Se les podía identificar por la manera de vestir, la larga cabellera, la abundante barba y el uso de sandalias. También solían distinguirse por signos y símbolos como el muy popular de la paz y el amor. Asimismo, por los colores floridos y escandalosos.
Características de los hippies
Los hippies se caracterizan por presentar los siguientes aspectos:
- No aceptan la expresión conservadora de la sociedad: su estilo es diametralmente opuesto al que se exhibía en el entorno social estadounidense, atado a las costumbres religiosas, al sometimiento mediático y a la dominación política.
- Vestimenta inusual como una expresión original: los colores de las telas con las que hacían sus ropas eran variados, muy vistosos y alegres. Mientras que tenían el estilo hindú, holgadas y con muchas alhajas y bisuterías fabricadas por los integrantes de las comunas.
- Plena oposición a las guerras: su espíritu pacífico, inspirado en sentimientos de amor y paz, se manifestaba contra de la guerra en Vietnam, principalmente, y al papel belicista desempeñado por EE.UU en tiempos de la posguerra y en medio de las tensas relaciones con la Unión Soviética.
- El cabello como un símbolo: las largas cabelleras sueltas identificaban tanto a los hombres como a las mujeres. Lazos, cintas, y adornos diversos coronaban sus cabelleras. Los hombres igualmente lucían abundantes barbas.
- El amor como eje temático de un discurso y una forma de vida: básicamente su concepción del amor se sostenía como una práctica libre, compartida, sobre una sexualidad sin límites.
- Las insignias del movimiento: sobretodo dominaban los emblemas de paz y amor que usaban en collares o en la ropa, como también en los instrumentos musicales y en los vehículos en los que se desplazaban.
- Compartían sus preferencias musicales: la música rock era su expresión e identidad, por lo que mantenían coincidencias en sus gustos por las poéticas de sus artistas.
- Se movilizaban por el territorio: lo hacían colectivamente, en varias parejas. Para ello se movían en buses.
- La droga y el entusiasmo por la sugestión: un afán evasivo inspirado por la abstracción y la psicodelia era obtenido por el consumo de LSD o marihuana.
Moda y ropa hippie
El movimiento hippie representó una oleada juvenil que se propuso romper con todo lo establecido por la sociedad de consumo. Bajo la bandera de la contracultura supo proponer un estilo de vida en su relación con el mundo al que se oponía.
Y así lo hicieron también con su ropa. No la compraban sino que ellos mismos la confeccionaban. En este sentido, no se puede hablar exactamente que seguían una moda, pues las modas son impuestas y precisamente destacaban por ser originales.
Los pantalones acampanados hacia los pies fueron unos de sus aportes, lo que años después se generalizaría como una tendencia. También la ropa batik, que se basaba en una técnica de teñido artesanal de las telas, fue un distintivo del atuendo hippie que aludía a las experiencias con la psicodelia.
Las blusas y las camisas eran adornadas con estampados y símbolos. Otras prendas tenían el acabado hindú, o eran faldas largas. Se usaron pantalones y chaquetas en telas jeans. También bolsos y carteras tejidas o pintadas con las mismas técnicas del batik.
Las bufandas, suéteres, gorros y otros eran hechos a mano por ellos mismos. Igualmente, el calzado tenía un acabado artesanal y consistía en sandalias de tipo rústico y de cuero. Asimismo, toda la artesanía y la bisutería hippie era de su propia creación.
Esta indumentaria que hizo célebre a la cultura hippie derivó después en un objeto de consumo. La industria de la moda se apropió de la estética contracultural o underground, del tipo alternativo o contrario a las reglas convencionales y la llevó a las tiendas.
Grandes marcas se plegaron a este estilo y lucieron sus diseños inspirados en las creaciones hippies. Los símbolos de los 60 se convirtieron en moda, y después de haberse registrado en la escena estadounidense continuaron evocándose en las denominadas posturas retro.
Música hippie
La música también ocupó un espacio vital en la convivencia de los hippies. Eran afectos a estilos basados en el rock, la psicodelia, el folk y groove. Se afirma que el 7 de agosto de 1967 George Harrison, miembro de The Beatles, estuvo de visita en Haight-Ashbury, San Francisco, morada de los miles hippies de Estados Unidos.
La visita de Harrison fue calificada entonces como una confirmación a los lineamientos filosóficos y musicales del movimiento. Como se conoce, el músico mantuvo creencias hinduistas y adoptó en gran medida el estilo que practicaban los hippies.
Sin embargo, los ídolos musicales de estos jóvenes después se hicieron leyendas del rock, como Jimi Hendrix, The Doors, Janis Joplin, Bob Dylan, John Lennon, Yoko Ono, Paul McCartney, The Rolling Stones, Allen Ginsberg, Carlos Santana y otros que congeniaban con tendencias musicales eléctricas, contestarías y estridentes.
Pero la plenitud musical de los hippies quedó catapultada en el Festival de Música y Arte de Woodstock. Que tuvo una asistencia multitudinaria en la que los ideales hippies parecían consagrarse.
Las actuaciones que libraron cantantes y músicos en este escenario son consideradas históricas. Muchos de estos artistas posteriormente desaparecerían de la escena musical producto de la ingesta de estupefacientes y de la vida extrema que llevaron.
No obstante, la música no dejó de ser uno de los legados más significativos del movimiento. Para muchos fue la confirmación definitiva del estilo rock que habían estado impulsando The Beatles y Rolling Stones, sendos grupos que aunque no participaron en el festival Woodstock causaban furor en la época.
Mientras los hippies se desplazaban con sus guitarras y otros instrumentos musicales, la poética rock se iba afianzando por el mundo. El sonido electrizante de las bandas en los años 60 se iría a apoderar y contagiar a mucho músicos que se vendrían a consolidar en los 70.
La experiencia de la psicodelia en la música tomaba como base el consumo de drogas alucinógenas. Las canciones eran creadas bajo los efectos de LSD, ácido lisérgico que produce un estado psicológico muy especial en el que la realidad tiende a tornarse una abstracción.
Definitivamente, en los años 60 se alentó un sonido propio del movimiento hippie. Y no cabe duda que introdujeron una revolución musical cuya influencia ha perdurado por décadas y que sigue contagiando a otros músicos que encuentran en esta rítmica una real fuente de inspiración.